Historia de las Fallas
En el siglo XVIII, las Fallas se reducían a piras de materiales
combustibles que recibían el nombre de Fallas y quemaban al anochecer de la
víspera de San José.
Estas
Fallas fueron evolucionando y cargándose de sentido crítico e irónico,
mostrándose sobre todo en los monumentos falleros escenas que reproducían
hechos sociales censurables y critica social siempre con sentido del humor.
Sobre
1870 se persiguió duramente los festejos populares como el Carnaval y las
Fallas. Esta presión provocó que en 1885 surgiera un movimiento en defensa de
las tradiciones típicas, otorgando la revista "La Traca" premios a
los mejores monumentos falleros. Este hecho provocó la competición entre los
vecinos y dio lugar al nacimiento de la falla artística, donde no desaparecía
la crítica, pero predominaba la preocupación estética.
En
1901, el propio Ayuntamiento de Valencia, otorgó los primeros premios
municipales a las mejores Fallas. Este fue el comienzo de la unión entre el
pueblo y el poder político, evolucionando con pasos agigantados esta fiesta
popular en número, estructura y organización.
LAS
FALLAS HOY
Valencia,
ejemplo de modernidad, puerto del Mediterráneo y capital de grandes eventos, se
transforma en marzo para convertirse en una ciudad entregada a su fiesta, a la
música y a la pólvora.
Las
Fallas, las fiestas del fuego por excelencia, se mantienen desde hace siglos
tan espectaculares, desmesuradas y barrocas como el propio valenciano. En los
albores del invierno, la ciudad se tiñe del color de las flores y de la pólvora
para recibir la primavera y a más de un millón de visitantes, que entre la
música de las bandas y el estruendo de las mascletàs recorren los monumentos
falleros, este año más de 700. Sin embargo, no hay que olvidar que durante esos
días, también se puede disfrutar de las exposiciones del Institut Valencià
d’Art Modern (IVAM) y del Museo de Bellas Artes San Pío V, visitar la Ciudad de
las Artes y las Ciencias e incluso descubrir el alma marinera de la ciudad
degustando una buena paella después de la mascletà.
La
Exposición del Ninot, la plantà, la Cabalgata del Reino, los castillos de
fuegos artificiales, la Ofrenda de flores a la Virgen y la Nit del Foc, son
algunas de algunas de las imprescindibles citas falleras.
Lo
más tradicional es recorrer las calles de la ciudad contemplando las fallas,
mientras se disfruta de un exquisito chocolate con bunyols de carabassa.
El
día 15 de marzo empieza la plantà y el 16 a las ocho de la mañana ya está cada
falla en su lugar, más de 700 monumentos algunos de 25 metros de altura.
El
arte y la sátira se conjugan en unos monumentos que durante la semana fallera,
del 12 al 19 de marzo, se levantan en cada una de las calles y esquinas de la
ciudad y en los que se critica y caricaturiza vida social y política. Como cada
año la cridà, la invitación de las falleras mayores de Valencia, Marta Agustín
y María Berbel, a participar en las Fallas, ha sido el pistoletazo de salida de
las celebraciones falleras.
Como
presagio primaveral, las Fallas se viven en la calle por el buen tiempo que
normalmente hace y porque la ciudad se convierte, toda ella, en peatonal. El
sonido de la música festera y el olor a la pólvora y a las flores acompañan a
otro aroma típicamente fallero para los valencianos: el de los buñuelos. Lo más
tradicional es recorrer las calles de la ciudad contemplando las fallas,
mientras se disfruta de un exquisito chocolate con bunyols de carabassa.
Desde el 1 de marzo en Valencia, todo el mundo tiene una cita a las dos en la plaza del Ayuntamiento para ver la mascletà, la sinfonía del ruido. Las mascletà es un espectáculo para los sentidos: se oyen los masclets, se ve el fuego y el humo y se huele la pólvora, pero sobre todo se siente la vibración que sube por las piernas y recorre todo el cuerpo.
Desde el 1 de marzo en Valencia, todo el mundo tiene una cita a las dos en la plaza del Ayuntamiento para ver la mascletà, la sinfonía del ruido. Las mascletà es un espectáculo para los sentidos: se oyen los masclets, se ve el fuego y el humo y se huele la pólvora, pero sobre todo se siente la vibración que sube por las piernas y recorre todo el cuerpo.
Fuente: http://www.fallasvalencia.es/
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