Un señor toma un tranvía después de compara el diario y ponerselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo.. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de la plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diaro, hasta que un muchacho lo ve, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego lo lleva a su casa y en el camino lo usa para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis.
Julio Cortázar
La fotoficción del microcuento
Este texto pertenece al libro "Historias de cronopios y de famas"
El comentario del texto hecho por nosotros sigue abajo
Natassia
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