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13 de novembro de 2009

Julio Cortázar y las "Historias de cronopios y de famas"


“Historias de cronopios y de famas” es un libro imperdible, quizá el mejor de Julio Cortázar, aunque para la mayoría es “Rayuela” el libro más importante del autor argentino. La aparición de los cronopios en la historia literaria generó una alegre y cautivadora sorpresa para los amantes de la lectura.

Cortázar fue un literato innovador y revolucionario de la literatura latinoamericana, y en sus distintos libros eso es perceptible desde la primera línea. Ya desde Rayuela su intento por darle mayor capacidad de acción al lector lo convirtió en un tipo en constante evolución literaria. Su estilo, la forma particular de contar y la temática reincidente en todas sus obras, son para los estudiosos un mar de polémicas en cuanto a significados.

Julio Cortázar nació en Bruselas, pero vivió gran parte de su vida en Buenos Aires, enfermizo y dedicado desde muy niño a la lectura, cuenta entre sus anécdotas que alguna vez el médico le pido a su madre le ordene dejar de leer por un tiempo, a lo que Cortázar se resintió aceptando leer tan solo un poco menos.

Julio Cortázar siempre estuvo sumergido en lo imaginario, poseía esa capacidad de niño de encontrarle sentido al sin sentido, de generar sensaciones a través de lo lúdico. Era un hombre solitario, enamoradizo, sensible. Dicen que sufría de una enfermedad que lo hacia crecer parecer de una edad que no tenia. De orejas extremadamente largas y niñez enferma.

Dicen que su primera novela la escribió cuando era todavía niño y él mismo confiesa que era una historia detestable, llena de muertes y de llantos. Se reconoce entonces muy sensible y sentimental desde pequeño. Fue mientras descubría deslumbrado los cuentos de Allan Poe. Los cuentos de Poe serian su primera conversación con los cuentos.

Un tema ganaría confianza según evolucionaba su literatura y sus lecturas: el juego, temática imprescindible en sus obras, siempre como manera de afrontar las cosas, con un percepción de niño, pero un niño adulto que es capaz de plantarse serio ante las novedades y las experiencias que protagoniza como parte de la vida.

Cortázar estuvo siempre relacionado a la enseñanza, incluso fue maestro por muchos años, eso hasta 1951 que partió a Paris a proseguir con sus estudios gracias a una beca. La ciudad parisina se convertiría en la cuna de sus pensamientos y decidiría quedarse a vivir por muchos años.

Para referirnos a Historias de cronopios y de famas, el primer tropiezo es la capacidad de definir al libro en algún género literario, para ser poesía, relatos, prosa poética. Es sencillamente un dolor de cabeza para los estudiosos y una delicia para los que disfrutan simplemente, de la buena lectura.

La obra se divide en 4 bloques, se inicia con “Manual de instrucciones”, luego sigue con “Ocupaciones raras”, prosigue con “Material plástico” y culmina con “Historias de cronopios y de famas”. Cada una de las partes procura independencia temática, pero se conjugan en una unidad conceptual. El humor inteligente e irónico es visible con gran maestría en los pequeños relatos. Una suerte de juegos cortos con ánimos satíricos.

“Historias de cronopios y de famas” se conforma de pequeñas historias y relatos, describe situaciones curiosas e incluso empieza determinando instrucciones para determinados actos. Instrucciones para llorar, por ejemplo es uno de los textos y en éste, el autor procura armar un procedimiento correcto para llorar de forma efectiva.

Así surgen relatos cortos que van jugando, como es costumbre de Cortázar, con las palabras y las situaciones. Tres personajes se crean en el libro: los cronopios, los famas y las esperanzas, y aunque es posible determinar la postura de cada uno por lo que se relata, es difícil entender lo que son.

El libro parece representar un mundo, uno muy singular en el que los cronopios representan la rebeldía y la oposición a la formalidad, los famas en contra parte, son los típicos empresarios y gobernantes poseedores del poder. Las esperanzas se mantienen en el limbo del término medio. Son estros tres perfiles que presenta la obra a lo largo de su contenido.

“En Historias de cronopios y de famas”, el humor está presente en muchos de los textos, el lenguaje es plástico y generador de imágenes tan indistintas como la imagen posible de cronopio. La obra, para muchos estudios, representa una evolución notable en el estilo y el pensamiento de Cortázar.

En una clásica entrevista cedida por Cortázar a un famoso entrevistador español, el autor es interrogado sobre la concepción de los cronopios. Cortázar sonríe, y le dice al entrevistador que “muchos estudiosos han visto la necesidad y el deseo de descubrir lo que significa la palabra cronopio”. Le dice luego, que “puede explicar solamente la concepción, más no el significado, porque él tampoco lo sabe”.

Entonces Cortázar cuenta a manera de anécdota el día en que estado dentro de un teatro en Paris, tuvo la aparición sublime de una extraña imagen, que sin saberlo, vendría ligada a la palabra cronopio. Otros estudiosos intentan relacionar el significado con “tiempo” por “cronos”, pero el literato no hace más que sonreír. Quién sabe si era parte de otro de sus juegos.

“Historias de Cronopios y de famas”, resulta un primer aviso de lo que se venia en la pluma de Cortázar, ese deseo mágico de hacer versátil la palabra, de cambiar el rumbo de la literatura y la concepción de la misma. Una propuesta que se vería plasmada de manera total en “Rayuela” algunos años después. Sería el clímax de ese placer por el juego, de simplemente jugar con las palabras y nada más.

Texto escrito por Red Blogia en 05/10/08. Disponible en el sitio LeerGratis.com

Natassia

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