Éranse una vez tres hermanos cerditos que decidieron construir cada uno su propia casa.
El menor, que no era muy trabajador, la hizo con solo unos palos y unos puñados de paja, así que la terminó en un periquete.
Entonces fue a reunirse con su hermano mediano, al que tampoco le gustaba trabajar demasiado y había construido su casa con tablones de madera.
Los dos cerditos, orgullosos de su trabajo, fueron a buscar al hermano mayor.
Éste no había terminado aún, porque estaba construyendo una casa sólida, con ladrillos y cemento. Sus hermanos se rieron de él al verle tan ocupado y se fueron al bosque a jugar. Allí se tropezaron con el lobo y, muertos de miedo, corrieron cada uno hacia su casa.
El cerdito pequeño se encerró en su hogar de paja, pero al lobo le bastó con soplar para hacerla volar por los aires. El cerdito, asustado, huyó hacia la casa de su hermano mediano. Cuando llegó el lobo, sólo tuvo que soplar un poco más fuerte para derrumbar la casa de madera.
Entonces los dos cerditos corrieron hacia la casa del hermano mayor, que acababa de terminarla, y se escondieron muertos de miedo porque el lobo le seguía de cerca… pero por más que sopló y sopló, no consiguió mover ni un ladrillo.
Pero como no quería quedarse sin su cena, decidió entrar por la chimenea.
El cerdito mayor, que era muy previsor, puso una gran olla con agua sobre el fuego de la chimenea y cuando el lobo cayó, se puso a gritar:
- ¡Socorro! ¡Que me quemooo!
El salto que dio fue tan alto, que salió despedido por la chimenea y con el rabo ardiendo.
Desapareció de allí tan deprisa que nunca más se le volvió a ver.
- Nos has salvado la vida – le agradecieron los dos cerditos a su hermano mayor.
- Bueno, así aprenderéis que es mejor hacer las cosas bien aunque cueste un poco más.
Entonces, juntos, se pusieron a cantar y jugar.
* Clásicos universales en version en español
Natassia
31 de março de 2010
Los tres cerditos
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